Técnicas de Liberación Emocional

Auto-ayuda

Positividad y Auto-respeto

En las situaciones difíciles, a veces nos podemos sentir desamparados. Esto genera tensión, que a menudo acaba expresándose como alguna forma de agresividad. Esta clase de agresividad no se puede reprimir o controlar y así las cosas se complican y las relaciones se llenan de conflicto.

Cuando nos respetamos a nosotros mismos, podemos mantener nuestra mente calmada. No reaccionamos ante las situaciones de una forma negativa. En lugar de ello, nos tomamos tiempo para comprender la situación y responder de la manera adecuada. Tomamos las decisiones en un estado de la mente sereno y así, aprendemos a sentirnos relajados incluso en las circunstancias más difíciles.

Quien tiene auto-respeto se libera de la agresividad.

Cuando queremos ser más positivos, prestamos más atención a nuestras acciones, asegurándonos de que reflejen lo mejor de nosotros. También pensamos acerca de las palabras que utilizamos. Pero con frecuencia no nos enfocamos tanto en la calidad de nuestros pensamientos. Cuando ciertos patrones de pensamientos se vuelven repetitivos, llegan a controlarnos internamente.

Es importante que desarrollemos el hábito de pensar positivamente. Cuando los pensamientos son positivos, se vuelven poderosos. Cada pensamiento se convierte en un tesoro del que puedo obtener fortaleza. Entonces, nuestras palabras y acciones se vuelven de forma natural más poderosas también.

Entender y apreciar el tesoro de los pensamientos nos capacita a crear pensamientos poderosos y beneficiosos.
 

Lo que pensamos genera emociones, pero también lo que comemos

Montse Bradford: «Lo que pensamos genera emociones, pero también lo que comemos»

Escritora y experta en nutrición y energética, esta barcelonesa defiende en su último libro, ‘La alimentación y las emociones’, que existe una causa-efecto entre lo que ingerimos y cómo nos sentimos después. (Artículo de La Vanguardia. com – Salud) 

 Montse Bradford, escritora y experta en nutrición y energética MB
Fundadora de varias escuelas de cocina, esta barcelonesa de nacimiento, afincada en Londres desde 1978 hasta 2006 (ahora reside en la Ciudad Condal), ha dado clases en la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia Blanquerna e impartido cursos por toda Europa y también por Sudamérica. Galardonada con el Premio Verde 2008 (Fundación José Navarro) por su trabajo a favor de la alimentación responsable y el desarrollo sostenible, ha escrito más de diez libros. El último, La alimentación y las emociones.
Usted defiende que ciertas emociones nos vienen dadas por lo que consumimos.

Tenemos que ver de dónde vienen las emociones. ¿Las compramos en el supermercado? Las emociones tienen dos orígenes. El pensamiento, lo que pensamos genera emociones, pero también lo que comemos. Si tomo un vaso de agua o de whisky mis emociones serán muy distintas. ¿Y por qué generarán distintas emociones? Porque atacarán a diferentes órganos. Si yo ingiero alimentos que me bloquean el hígado, o la vesícula biliar, tendré emociones de ira, cólera, agresividad, impaciencia… porque cada órgano, dependiendo de si funciona bien o mal, genera unas u otras emociones. Esto está totalmente constatado en la medicina china de hace tres o cuatro mil años.

¿Cree usted que el ciudadano de a pié tiene esta percepción?
Falta conciencia, porque la alimentación no se ve desde esta perspectiva. Se mira desde un ángulo muy primitivo. Sería el primer nivel alimenticio: ¿tengo hambre?, pues como lo que sea, voy a un McDonald’s o donde me apetezca en ese momento. Habría dos niveles más: el sensorial y el emocional. Las personas están vibrando en estos tres niveles, nada más. Y tenemos que ir un poco más allá, al nivel de la energía que provocan los alimentos. Porque con la alimentación podemos generar salud o enfermedad. Es muy importante.

Usted explica que el ser humano cuenta con tres cuerpos: físico, emocional y mental…

Efectivamente, y cada uno de ellos necesita cosas diferentes. Las personas sólo identifican el físico, el que vemos cada día en el espejo. En cambio, hay mucho miedo en prestar atención al emocional. Nos pasamos años sin reciclar nuestras emociones, bloqueando totalmente este cuerpo. También está el mental. Los alimentos que necesita cada uno son distintos. No podemos darle chocolate al emocional porque no funciona. Si el novio nos deja, comiendo chocolate no haremos que vuelva. El único cuerpo que tiene sistema digestivo, dientes y estómago es el físico. Al cuerpo emocional, por ejemplo, hay que alimentarlo, sí, pero con emociones. Cada uno tendrá su método, a unos les gustará ir a bailar, a otros ir a caminar por la playa… Acabamos alimentándolo, sin embargo, con cosas físicas que no funcionan.

¿El bienestar radicaría en conseguir un equilibrio entre todos ellos?

Sí. Yo siempre hago la metáfora de los tres amigos que van por el camino de la vida cogidos de la mano. Si los tres están más o menos equilibrados, y digo más o menos porque la armonía absoluta no existe, sumarán un equipo y buscarán juntos la misma meta. Sin embargo, si el cuerpo físico está debilitado, el emocional bloqueado, sobre todo porque lo desconocemos, y el mental centrado en controlar nuestra vida, es muy difícil conseguir ningún logro. Es lo que pasa hoy en día, falta de claridad, la gente está desorientada y desconcertada. Empezar a conocer los tres cuerpos, aunque sea poco a poco, sería muy importante.

¿Se puede establecer una relación de causa-efecto entre lo que comemos y nuestro estado de ánimo posterior?

Por descontado, porque si yo como cosas que me están debilitando, que me están desmineralizando, notaré efectos emocionales de desmotivación, de mucho frío, no tendré ganas de hacer nada. Las personas estarán física, emocional y mentalmente con estas energías de deficiencia. ¿Y cómo me desmineralizo? Pues consumiendo alimentos que tienen un pH ácido. La tónica general de la sociedad es que tenemos un hígado muy bloqueado y un riñón con muchas deficiencias, y el riñón necesita minerales. Si no, aparecen las emociones negativas. La principal emoción negativa del riñón es el miedo. Hoy en día tenemos miedo de todo. No somos emprendedores, nos falta espíritu de aventura… La gente está muy ácida, muy desmineralizada.

Precisamente, usted explica en su libro que hay alimentos que generan una sangre ácida (con la que construimos estrés, enfermedad y desequilibrio) y otros que, por el contrario, la alcalinizan (con lo que obtenemos energía, vitalidad y salud)…

Exactamente. Es fascinante. Podemos generar nuestro propio estado de ánimo. Somos los creadores de nuestra vida, en todos los niveles de nuestro ser. Cómo escogemos pensar es muy importante. Decíamos antes que una de las vías por la que se crean las emociones es a través de los pensamientos. Pero claro, si ingerimos whisky, difícilmente podremos ser conscientes de nuestros pensamientos. La alimentación, sin duda, es la número uno para darnos un poco más de estabilidad, de armonía, de paz… y luego debemos mirar con tranquilidad la calidad de nuestros pensamientos, que también forman emociones, por descontado.

También defiende que hay alimentos con energía yin (chocolate, alcohol, estimulantes, azúcares, levaduras artificiales…) que conducen a la hipersensibilidad, mientras que hay otros, con energía yang (carne, jamón, embutidos, huevos…) que nos ponen tensos y coléricos…                                                                                                 

Así es. El alcohol, los vinagres, los estimulantes… todo ello estimula al sistema nervioso generando una energía falsa. Cuando una persona, a media tarde, se siente fatigada, busca ingerir café, chocolate, beber una cola… en definitiva, generar una energía que no tiene. Pero claro, si hacemos esto durante muchos meses acabaremos creando una fibromialgia o una fatiga crónica, y es que estamos destruyendo la energía de los riñones. Todos estos alimentos crean una energía de expansión. Nos inflaman y nos desmineralizan. Nos dicen que tenemos que tomar mucha leche para los huesos. Pero hay gente con osteoporosis que a pesar de haber tomado mucha leche, y haber ingerido carne y queso, tienen este problema. Esta claro que no deja de ser un tópico que se ha demostrado que no funciona.

Y la yang…

Son alimentos que tensan, que acumulan. Son de grasas saturadas. Nos bloquean órganos como el hígado, la vesícula biliar, el bazo, el páncreas y nos crean estas emociones de mucha tensión, agresividad, cólera… en definitiva, emociones que se llaman de exceso. Tenemos emociones de exceso, por una parte, y de deficiencia por otra, como el miedo, la falta de autoconfianza, que nos dan, por ejemplo, los azúcares refinados.

Según sus explicaciones, abusar de productos yang nos conducirá irremediablemente hacia la ingesta compulsiva de alimentos yin.

Efectivamente. Cuando yo tomo una parte de alimentos con energía yang, alimentos que nos tensan, quiero consciente o inconscientemente siete partes del extremo contrario. Es lo que llamamos la rueda energética o el yoyó. No falla, cuando tomo una parte de yang, quiero siete de yin. La gente dice “¿qué me pasa que no puedo parar de comer chocolate?”. Y yo les digo, deja de comer huevos, jamón, y verás cómo podrás dejar de comer chocolate.

¿La idea es evitar productos con energía yin o yang para intentar alcanzar el bienestar? ¿O comidos con moderación no tienen por qué ser dañinos para nuestro cuerpo?                                                                                                                                     

Siempre nos llevarán a un desequilibrio. Estos alimentos de grasas saturadas bloquean el hígado y además no son el ejemplo de una alimentación sostenible. Tenemos en el planeta 7.000 millones de habitantes y debemos empezar a comer mucho más del reino vegetal. El reino animal no es una alimentación sostenible. Hay 1.400 millones de personas que no pueden comer ni beber nada. Y nosotros, en cambio, estamos comiendo jamón y queso, por ejemplo. Tenemos que ser conscientes de ello. Hay que tener en cuenta que para ‘cultivar’ un kilo de carne se necesitan 1.500 litros de agua, y todo ello para que, después, una familia lo ingiera en una comida. Y esto sucede a la vez que hay personas que no pueden beber ni una gota de agua. ¡Es alucinante! Nos estamos cargando el planeta. No podemos pensar sólo en nosotros, sino también en las generaciones futuras. Necesitamos una alimentación sostenible, sana, natural y energética, conociendo la energía de cada alimento.

En una comida principal, dice usted, no puede faltar: cereales integrales en grano, legumbres, un alga, una verdura verde y una pequeña porción de semillas o frutos secos. Alguien podría decir, ¡qué aburrimiento!

En absoluto. Lo que hacemos es volver a la vida natural. Empezar a comer lo que comían nuestros abuelos. ¿Cuánto hace que apareció el donut? Tampoco hace tanto. Tenemos que volver a la dieta de antes, a comer legumbres, verduras, piñones, nueces, semillas, frutos secos, fruta de la temporada. Tampoco hace tanto que comíamos esto. Lo que hay que hacer es comer los alimentos naturales de toda la vida, los que necesitamos, pero de la forma que deseemos. Podemos hacer fideuás, pizzas, hamburguesas, pero sin que sean de carne. Comemos lo que necesitamos en la forma que deseamos y de esta manera el cuerpo emocional también esta contento.

Pero disfrutar de una buena mesa también puede generar emociones positivas…

Según lo que entendamos por emociones positivas. Después de la comida de Navidad, las vibraciones empiezan a subir y todos los comensales, durante la sobremesa, creen tener la razón. Para mí esto no es positivo. Lo ideal es la armonía, la tranquilidad, el silencio… para mí esto es armonía. Es verdad que el placer sensorial existe y tiene relación con las emociones. Pero es por eso que te puedes comer un fricandó, pero no de carne, sino, por ejemplo, de seitán. O una lasaña. Yo hago una lasaña fenomenal. También hago donuts, pero no con azúcar, sino con manzana, por ejemplo.

Hablaba usted de vibraciones. Defiende que tanto los alimentos como los diferentes cuerpos del ser humano (físico, mental y emocional) vibran de distinta manera…

Así es. El físico vibra tan lentamente que lo podemos ver y tocar. El mental, por su parte, es la torre de control. Vibra más rápido que la velocidad de la luz. Pensamos mentalmente que vamos al Taj Mahal y hemos ido y venido. Es instantáneo. El emocional no lo podemos ver, pero sí sentir. Cuando estamos mal emocionalmente lo sentimos claramente. Éste no necesita ni chocolate ni alcohol ni nada por el estilo, lo que pasa es que la gente los utiliza para evadirse.                                                                                                                                              
¿Y es cuando se resiente?                                                                                    
Evidentemente. Se queja porque no tiene vibraciones de armonía. Está bloqueado porque nunca le prestamos atención. Al cuerpo físico lo mimamos a diario, lo duchamos, lo alimentamos… al emocional nunca lo hemos limpiado. Nunca hemos tenido en cuenta las emociones bloqueadas. No vamos a un terapeuta para gestionarlas, no lo hacemos. Ni tan siquiera las expresamos, escribiendo, por ejemplo. Hablo de coger un papel y escribir cómo nos sentimos, o pintar, o ir a bailar… el caso es que afloren de alguna forma. No lo hacemos, no lo depuramos, no lo limpiamos cada día. Y el mental lo mismo. Vibra tan rápidamente que nos descontrola. Es importante para gestionarlo el silencio, la paz, para poder observar esos pensamientos que tenemos descontrolados. Todo el mundo tiene dos minutos al día para detenerse, pero no lo hacemos. El alimento ideal para el cuerpo mental es el agradecimiento, estar agradecidos con la vida.

A la hora de cocinar, «no sabemos extraer el sabor dulce a los alimentos», asegura usted. Por eso, añade, buscamos la compensación en el postre…
Exactamente. En la cocina mediterránea no hay dulzor.

Está usted cuestionando un referente…

Pero es verdad. No hay dulzura, en el plato, en la cocina mediterránea. Hay mucho salado, mucho aceite, mucho picante y mucho ácido… pero dulzura no, en absoluto. Y claro, acabamos de comer platos de esta cocina con tanto ajo, con tanto vinagre, que buscamos el dulce en las natillas o en el flan. Y estos postres tienen mucho azúcar, y de ahí los niños tan hiperactivos que tenemos. El sabor dulce está en el plato. ¿Y de dónde lo sacamos? Pues de las verduras dulces: calabaza, moniato, zanahoria… todas son muy dulces. Y si las cocinamos durante mucho tiempo dan una dulzura increíble. Cada gusto tonifica diferentes órganos del cuerpo.

Explíquemelo…

El sabor dulce nos equilibra estómago, bazo y páncreas. Son órganos emocionales todos ellos, que necesitan mucha dulzura y relax. Esta dulzura natural es muy importante, no me canso de repetirlo. La gente esta muy estresada y le falta un poco de dulzura. Cuando incorporemos esto a nuestro cuerpo, seguramente podremos relajarnos más y contar con un poco más de armonía en nuestra vida. Si vamos por la vía del azúcar, pues vemos el nivel de hiperactividad que tiene la gente. El azúcar nos desmineraliza, nos afecta al sistema nervioso, además de dejarnos mal el riñón, los huesos, etc. Ya vemos cómo están los niños de hiperactivos. Yo defiendo que no existen por naturaleza niños hiperactivos. El niño actúa en función de la energía que le damos. Si le damos una cola, pues actuará según la energía que le produce este producto. Si no le damos este tipo de alimentación, estará como un angelito. Tenemos que entender esto, es muy importante.

Hacía usted referencia a cocinar con tiempo, algo de lo que carecen hoy en día muchas personas…

Yo también tengo un ritmo de vida muy ajetreado y como muy bien. Tenemos tiempo, lo que pasa es que no lo dedicamos a la cocina. Lo empleamos, por ejemplo, para chatear. No valoramos que a través de la comida podemos modificar la calidad de nuestra sangre. Es cuestión de adquirir el hábito. Poner una olla de cereales supone un minuto y medio, y tienes para tres días. Hacer un pescado a la plancha o cocinar una verdura verde lleva tres minutos, es muy fácil. Poner una calabaza al horno sí lleva más tiempo, pero tampoco tenemos que estar todo el rato vigilándola. Realmente es muy fácil cuando se aprende. Lo que pasa es que la gente quiere cambiar leyendo un libro, y para ello hace falta un instructor. Si quiero aprender a conducir no puede hacerlo únicamente leyendo un manual, necesito un instructor que me enseñe, porque si no después habrá carencias. La gente vendrá y dirá “esto no funciona”, y sí que funciona, pero hay que aprenderlo.

Leyendo su libro, uno se da cuenta de que usted no es muy partidaria de las ensaladas o de la fruta cruda. Incluso no le hace demasiada gracia la miel, cuando es un alimento, según muchos expertos, tan nutritivo…

La fruta y la ensaladas crudas sí las recomiendo, pero según para quien. A una persona que tenga frío no se las aconsejaré. A Don Quijote, por ejemplo, no le recomendaré comer mucha ensalada, porque está muy delgado. Pero a Sancho Panza sí, cada día le daría una ensalada. Depende de la persona. Las ensaladas y todo lo crudo lo que hace es enfriar mucho. A una persona con exceso de peso, que ha comido mucha carne y que tiene un hígado muy bloqueado, que le reporta emociones de exceso, de ira, de cólera, le irán de maravilla. En cambio, una persona que esté decaída, con anemia, con osteoporosis, pues no se las recomiendo. La cocina energética me aporta conocimiento y me da libertad para escoger. Yo no soy partidaria de dietas, de prohibir. Yo explico los efectos que producen los alimentos, luego que cada uno escoja.

Y con respecto a la miel…

Cuando tomo una cucharada de miel de abeja, a los treinta segundos tengo mucho calor. Esto me está diciendo que este es un alimento que no transcurre por el sistema digestivo, sino que va directamente al riego sanguíneo y me da una hiperactividad al instante. ¿El día idóneo para tomar miel? El día que queramos correr un maratón, no hay problema. Tomamos algo de miel y ganamos la carrera (risas). Pero para el día a día no, porque nos dará mucha hiperactividad. Si tomamos mucha, nos desmineraliza, porque todo aquello que da energía al momento acidifica la sangre. Y cuando la tengo ácida, el pH cambia y el cuerpo busca minerales de donde sea. Por eso yo no recomiendo tomar miel cada día, en absoluto.

¿Qué le diría a aquella persona que no acabe de estar convencida del método alimentario que usted propone?

Que lo pruebe, que lo siga durante seis meses. La gente que lo prueba gana en calidad de vida. Gana en concentración, claridad mental, en ganas de hacer cosas, en perder peso o ganarlo, si es necesario… No podemos opinar de algo si no se prueba, si no se vive. Yo en mis clases doy libertad. Explico qué energía aporta cada alimento, y luego la gente decide.

Apegos y Dependencias

La mayoría de las veces no sabemos decir adiós. Separarte de lo que se ha hecho costumbre en tu vida te deja la sensación de una irremediable desprotección que nos aseguramos equivocadamente, en lo conocido. Las rutinas, los hábitos y la consigna de lo que uno ya sabe nos posiciona en un status de falsa seguridad que no queremos soltar.        

El origen de todo ello está en el absoluto temor a lo desconocido pero sobre todo  al desconocimiento de nosotros mismos. No sabemos cómo reaccionaremos ante las situaciones de novedad que se nos presenten. Tememos no saber desenvolvernos con resolución. Estamos predispuestos a imaginar terribles peligros que nos podrán acosar y una absoluta falta de valentía para poder con ellos.        

Posiblemente, un exceso de proteccionismo en la niñez nos haya hecho débiles. No hemos puesto a prueba nuestra capacidad de lucha, la resolución lógica y la habilidad mental que seguro se revelarán cuando la circunstancia lo requiera.        

Hay que asumir retos, pequeños, cotidianos y permanentes día a día para descender de esa situación y posicionarnos frente a la valía que tenemos.        

Tal vez, estamos acostumbrados a situaciones que no nos gustan pero hemos desarrollado escudos protectores poderosos que nos mantienen al abrigo del dolor o al menos, lo parece.        

La dependencia, el apego, la ligazón extrema a la comodidad que uno tiene y al control, que a lo largo del tiempo, dificultosamente hemos conseguido de las situaciones te confiere la tranquilidad de haberte ganado una posición que prefieres mantener ante la potencial repetición de las dificultades de tu vida.        

Deberíamos permitirnos la libertad de probar situaciones novedosas en las que nos demostrásemos que somos capaces de salir airosos ante cualquier eventualidad porque de hecho, en nuestro mundo, ya lo hemos venido haciendo.        

Nos falta creer en nosotros mismos y en la favorable disposición del universo hacia nuestra persona.        

El futuro está lleno de oportunidades de ser felices pero nunca lo sabremos si no logramos salir a su encuentro.
       

Todo camino comienza dando un paso hacia adelante, cuanto antes des ese paso hacia tu meta, antes llegarás a tu destino.

Cada momento

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Por mucho tiempo me pareció que la vida estaba por comenzar, la verdadera vida. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que superar primero, algún asunto no terminado, tiempo por invertir, una deuda que pagar. Entonces la vida comenzaría. Finalmente me di cuenta de que esos obstáculos «eran» mi vida.
Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad. La felicidad es el camino. Así que, atesoremos cada momento que tengamos. Y atesorémoslo más, porque lo compartimos con alguien especial, lo suficientemente especial como para invertir nuestro tiempo, y recordemos que el tiempo no aguarda a nadie. Así que dejemos de esperar hasta que:
Terminemos nuestros estudios, o regresemos a ellos.
Perdamos diez libras, o las ganemos.
Tengamos hijos, o éstos dejen el nido.
Comencemos a trabajar, o nos jubilemos.
Nos casemos, o nos divorciemos.
Llegue el viernes en la noche, o el domingo en la mañana.
Tengamos un nuevo auto o vivienda, o éstos estén pagados.
Llegue la primavera o el verano, o el otoño, o el invierno.
Dejemos de vivir del seguro de desempleo.
Llegue el primero de mes o el quince.
Toquen nuestra canción.
Hayamos bebido, o estemos sobrios.
Muramos o nazcamos de nuevo.
Decidamos que no hay mejor tiempo que ahora mismo para ser felices.
La felicidad es una travesía y no un destino.
¡¡¡Decidamos ser felices!!!
(enviado por Claudia)

El poder del odio

 
 CUANDO ODIAMOS, DAMOS PODER 

En la actualidad quien más quien menos, todos vivimos preocupados, tensos y nerviosos. Eso impide conectarnos con las cosas lindas de la vida. Si nos sentimos angustiados y acosados por las responsabilidades, es imposible hacer frente al mundo de la realidad. Muchas veces
la angustia o el temor que nos provoca el mañana hace que con frecuencia nos quejemos de dolor de cabeza o de fatiga crónica.

Lo más importante en estos casos es asumir una actitud positiva. Esto significa asumir los problemas y tomar con calma las medidas para solucionarlos. Un hombre, por ejemplo, puede ocuparse de sus problemas graves y, sin embargo, ir con la cabeza en alto y una flor en
el ojal. Sin duda nuestra paz interior y nuestra alegría dependen, no de dónde estamos, qué tenemos o qué somos, sino únicamente de nuestra actitud mental.

¿Es sencillo cambiar instantáneamente nuestras emociones con sólo decidir hacerlo?

Sí, porque al cambiar nuestra acción, se modifican mecánicamente nuestros sentimientos. Porque las emociones como la preocupación, el miedo, el odio, la envidia son tan violentas que tienden a expulsar de nuestros espíritus todos los pensamientos y emociones pacíficos y felices. El remedio contra la preocupación es ocupar el tiempo en la realización de algo constructivo.

¿Da resultado este truco tan sencillo?

Es como la cirugía estética. Ponga en su cara una sonrisa amplia
y sincera, saque pecho, respire pausada y profundamente y entone algo.

Pronto descubrirá que es físicamente imposible permanecer deprimido o
agobiado mientras se manifiestan los síntomas de una felicidad radiante.

Si uno cambia los pensamientos sobre las cosas y sobre los
demás, las preocupaciones empiezan a desaparecer.

Así de sencillo. Porque nuestra vida es la obra de nuestros pensamientos.
Si tenemos pensamientos felices seremos felices.

Si tenemos pensamientos desdichados, seremos desdichados.
Si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo.
Si pensamos en el fracaso, seguramente fracasaremos.
Si nos dedicamos a compadecernos, todo el mundo huirá de nosotros.

¿Y de qué manera se puede determinar qué cosas merecen nuestra preocupación y cuáles no?

Hay que aprender a distinguir entre tener y ser. Las personas que viven constantemente preocupadas están llenas de tener. Me sentiré contento cuando tenga casa propia. O, si tuviera un jefe que no fuese tan dictador… si tuviera un título, o más tiempo para mí.
Siempre que pensemos que el problema está allí afuera, el problema residirá en ese mismo pensamiento. De esta manera otorgamos a lo que esta ahí afuera el poder de controlarnos. El paradigma del cambio es entonces de afuera hacia adentro.

Esta idea constituye para muchas personas un cambio dramático de esquema. Pero la verdad es que todos podemos controlar nuestras vidas y tratar de influir poderosamente en nuestras circunstancias, si trabajamos sobre el ser, sobre lo que somos.

Por ejemplo, si alguien tiene un problema en su matrimonio ¿qué gana mencionando continuamente los pecados del otro? Al decir que no es responsable, aparece como una víctima impotente, se inmoviliza en una situación negativa.

¿Qué debe hacer entonces?

Si realmente quiere mejorar la situación, lo único que puede hacer es trabajar sobre sí mismo. Dejar de poner en orden a su esposa/o y trabajar sobre sus propios defectos. Con suerte, su esposa/o sentirá el poder de su ejemplo y responderá con la misma moneda. Pero, lo haga o no, el modo más positivo en cada uno puede influir sobre una situación, o tratar de que las preocupaciones no lo agobien, consiste en trabajar sobre sí mismo, sobre su ser.

Pero al trabajar sobre uno mismo, es inevitable que surja la preocupación o el lamento por todo lo que hicimos mal.

La cosa más importante de la vida no es capitalizar las ventajas. Cualquier tonto puede hacer esto. Lo que verdaderamente importa es beneficiarse con las pérdidas, con los errores cometidos. Esto exige inteligencia y señala la diferencia entre una persona de juicio y un necio.

¿Y cómo se puede ganar sin pelear? ¿Qué actitud hay que tomar frente a aquellas personas que nos lastiman, nos hieren o nos causan algún perjuicio económico?

Cuando odiamos a nuestros enemigos, les damos poder sobre nosotros, poder sobre nuestro sueño, nuestros deseos, nuestra presión sanguínea, nuestra salud y nuestra felicidad.

Nuestros enemigos bailarían de alegría si supieran cómo nos preocupan, cómo nos torturan y cómo se nos imponen. Nuestro enfado o nuestro odio no los daña, pero convierte nuestros días y noches en un infernal torbellino.

Si una persona egoísta trata de aprovecharse de nosotros, lo mejor es borrarlo de la lista, ignorarlo completamente, pero nunca pagarle con la misma moneda. Cuando uno trata de devolver lo que le hicieron con la misma moneda, se hace mucho daño.

¿Cómo se puede ignorar por completo una preocupación dolorosa provocada por alguien que no nos quiere?

Si no podemos amar a nuestros enemigos, hay que tratar por lo menos, de amarnos a nosotros mismos. Si uno aprende a amarse lo suficiente es imposible que las preocupaciones que los demás tratan de endosarnos dominen nuestra felicidad, salud y aspecto.

Recordemos que lo que nos hiere o nos daña no es lo importante, sino qué sucede. Desde luego, las cosas pueden dañarnos económicamente, y causarnos dolor o preocupación por ello.
Pero nuestro carácter, nuestra identidad básica, en modo alguno tiene que quedar herida. De hecho, nuestras experiencias más difíciles se convierten en crisoles cuando moldean nuestro carácter y se desarrollan las fuerzas internas, la libertad para abordar circunstancias
difíciles en el futuro y para inspirar a otros la misma conducta.

Suceda lo que suceda, siempre tenemos que ser nosotros mismos. Porque la vida…. siempre pasa su factura.

La sabiduría del perro

EL PERRO

Soy médico veterinario, y fui llamado para examinar a un Sabueso Irlandés de 10 años de edad llamado Belker … lo examiné y descubrí que se estaba muriendo de cáncer y tras llevar acabo el procedimiento de eutanasia … Belker fue rodeado por la familia. El niño de 6 años, se veía tranquilo, y acariciaba al perro por última vez, junto a su familia y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. ..

Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué del lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea más corta que la de los humanos. El niño de 6 años, que había estado escuchando atentamente, dijo: »Yo sé porqué. – Dijo:
– »La gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida, cómo amar a los demás y ser buenas personas, ¿verdad?» El niño de 6 años continuó: 
»Bueno, como los perros ya saben como hacer todo eso , no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros.»
POR ESO:
– Vive sencillamente.
– Ama generosamente.
– Quiere profundamente.
– Habla amablemente.
Recuerda, si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:
– Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
– Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
– Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea un éxtasis.
– Duerme la siesta.
– Estírate antes de levantarte.
– Corre, salta y juega todos los días.
– Mejora tu atención y deja que la gente te toque y acaricie.
– Evita morder, un simple gruñido sería suficiente.
– En días de sol, acuéstate de espaldas sobre la hierba.
– Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate a la sombra de un árbol.
– Cuando estés feliz, baila..
– Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
– Sé leal.
– Nunca pretendas ser algo que no eres.
– Si lo que quieres está enterrado, escarba hasta que lo encuentres.
– Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estas ahí..
¡DISFRUTA CADA MOMENTO DE CADA DÍA!

RECUÉRDALO SIEMPRE, COMO DECÍA MI ABUELA:
«EL PERRO TIENE MÁS AMIGOS QUE LA GENTE PORQUE
MUEVE MÁS LA COLA QUE LA LENGUA».

Sanar heridas para crecer

Es de sabios sanar las heridas del pasado, perdonar y perdonarnos por todos los desaciertos y experiencias que dejaron secuelas en nuestro presente, que nos impiden sentir paz espiritual, amor y felicidad.
Hoy te invito a reflexionar y dejar ir las cargas que hacen tu camino lento y pesado, a que aligeres tus pasos, con tu cuerpo erguido y con la frente en alto, que hagas del tiempo presente el mejor tiempo. Cuando elegimos perdonar, transformamos una creencia y una emoción referente a situaciones por las que nos sentimos lastimados.
Cuando este perdón sale desde el corazón, podemos experimentar paz espiritual, pero cuando nos sentimos incapaces de olvidar esas lesiones, entonces la energía de esa persona y de esa situación permanecen dentro de nuestro campo de energía, tornando nuestra existencia densa y además, nos ligamos íntimamente a esas personas, pues el odio y el resentimiento nos encadenan de igual forma que el AMOR.
Si permitimos que la injusticia, el dolor, el abuso y las amarguras permanezcan en nuestro interior, no podremos vivir en PLENITUD. No es tan sencillo perdonar cuando nos sentimos heridos en lo más profundo de nuestro ser, sin embargo, podemos lograrlo si elegimos cambiar nuestros pensamientos y nuestras creencias con relación a esa situación o persona en particular que nos daña o nos ha dañado.
Cuando perdonamos, nos liberamos nosotros y liberamos a otros. Cuando no lo hacemos, estamos condenados a llevar cadenas. Si perdonamos comenzamos a sanar mental y físicamente, pues de esta manera, estamos creando armonía en el Universo y es justamente lo que llegará a nuestra vida por Ley Natural.
No importa cuan honda ha sido la herida que nos crearon o la forma en que nos maltrataron, nosotros podemos elegir asumir una actitud distinta frente a esa circunstancia que, viéndolo por el lado amable, nos ha ayudado a madurar y a valorar otros factores en nuestra existencia.
En esencia, es más importante que cambiemos nosotros mismos y no esperar que los demás sean como nosotros queremos que sean. Cuando comprendemos y aceptamos que: Yo soy yo y Tu eres Tu. Yo no estoy en este mundo para cumplir todas tus expectativas, y sé que Tu no estás en este mundo para cumplir todas las mías, porque Tu eres Tu y Yo soy Yo, y si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será Hermoso.
Y si no nos encontramos, no hay nada que hacer. Falto de amor a Mi mismo cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor hacia Ti cuando intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como realmente eres.
 
Porque Yo soy yo y Tu eres Tu.
Es así cuando aprendemos a generar ¡VÍNCULOS SANOS!

El Perdón

Cuando el corazón se llena de Paz
 
 
Hoy puede ser ese día especial para darnos la oportunidad de deshacer malentendidos o conflictos con ese familiar,  amigo, vecino o compañero de trabajo, de modo que    podamos sentir cómo la energía de la comunicación fluye de nuevo. Y de no ser posible el diálogo, al menos podamos experimentar interiormente el sentimiento del perdón
 
Cuando alguien nos sugiere el perdón para atraer la paz a nuestra vida, posiblemente pensamos que no tenemos alguien a quien  perdonar….  nos parece que no hemos enfrentado alguna ofensa tan grave que tengamos que perdonar, otras veces pensamos  que ya perdonamos hace mucho tiempo atrás, olvidando todo lo que nos pasó.  Pero, ¿será cierto que no guardamos algún resentimiento aunque sea pequeño por dentro? ¡¡Es muy sencillo de averiguar !!
 
Algunas de nuestras puertas cerradas a una nueva oportunidad, permanecen así, a causa  de alguna situación difícil o dolorosa que vivimos en el pasado, es cuando tomamos la decisión de mantenernos  cerrados para que no nos volvieran a herir, por ejemplo en el amor o en la amistad….
 
¿Te sientes así? 
 
También puede suceder que te hayas vuelto un poco más irritable, agresivo o al contrario mas apático y despegado a causa de alguna herida emocional que aún no  ha sanado. ¿Has sentido que en presencia de alguna persona que te haya ofendido experimentas algún tipo de malestar, rabia, fastidio, temor, ansiedad o simplemente algún pensamiento vengativo? Cualquiera de estas emociones es la señal de que tienes algo que perdonar.  
 

El perdón nos permite dejar el pasado doloroso atrás, nos devuelve toda la energía que hemos invertido en mantenernos alejados de alguna persona o situación que nos haya afectado  y  además, nos da la libertad para  darnos otra oportunidad sin el temor de repetir lo que hemos experimentado de una forma negativa.     Permítete ser libre y asómate al sol de la vida, olvidémonos del pasado y aprendamos a perdonar ahora, para tener un futuro maravilloso pleno de Bienestar y Paz Interior.
 
Hoy en día la práctica del perdón forma parte de las herramientas que usan las personas que buscan bienestar y equilibrio emocionalInclusive, se ha descubierto que el perdón tiene efectos terapéuticos, ayuda a bajar la presión arterial, el estrés .
 
Imagina por un momento, como sería si……     no tuviéramos expectativas acerca de  otros y de la vida, si aceptáramos las diferencias personales de los demás, si viviéramos con la certeza de que nadie a través de sus comentarios, actitudes o gestos tiene el poder de afectarnos, si recordamos que nada ocurre por casualidad y que todo lo que vivimos es una lección más de la vida que nos permitirá aprender,  acerca de nosotros mismos y de los demás,  esto con la intención de que podamos madurar para alcanzar nuestra realización y la serenidad … entonces,  tal vez no necesitaríamos perdonar!!!!
 
Comencemos por el perdón hacia nosotros mismos. A veces necesitamos perdonarnos por los errores que hemos cometido,  ya que cada uno de nosotros es el responsable de su propia vida en todos sus roles. Cuando aceptamos y reconocemos  nuestras limitaciones, nos liberamos con gran alivio de las cargas del miedo, la rabia y la culpa,  es cuando podemos perdonarnos para corregir y comenzar de nuevo.
 
Repítete con frecuencia:   Con todo el amor me perdono , perdono a los demás, y la vida me perdona a mi.
 
Aquí tienes un ejercicio para perdonar a otros.  Te recuerdo que es muy importante tener limpieza de intención, llenarte de amor y que tu deseo nazca del corazón, solo entonces podrá la Divinidad desatar los nudos que te mantuvieron atado a esa experiencia del pasado. Deberás practicarlo  durante 9 días seguidos sin interrupción, de lo contrario deberás volver a comenzar (se dice hacer una novena).
 
Elige un momento  y un lugar donde puedas relajarte , enciende una velita o coloca un aroma de tu preferencia.  Siéntate cómodamente y cierra los ojos, concentra la atención en tu respiración y relájate un poco, luego recuerda algún ser querido con un significado especial para ti y llénate del amor que experimentas hacia esa persona, borra su imagen y en su lugar coloca la imagen de la persona que deseas perdonar.  Mientras la recuerdas comunícale mentalmente  tus sentimientos, háblale de tu malestar, y  perdónalo, imagina que le das la mano o abrázalo por un instante y al final déjalo ir…   Suéltalo, agradece mentalmente a la Divinidad por esa oportunidad!!!!
 
Toma un par de respiraciones suaves y profundas, y regresa para abrir los ojos suavemente!!!!
 
Amar a otros a pesar de nuestra consideración, es el reto y el resultado del perdón verdadero !!!
 
 

Miedo a Ser Feliz

¿Miedo a ser feliz? ¿Cómo? ¿Si todos los humanos luchan cada día de su existencia para encontrar ésta felicidad? Pues sí, pero la mayoría de los seres humanos aún luchando por alcanzar la felicidad, no creen merecer ser felices. Conozco personas que cuando están a punto de lograr una meta laboral, sentimental, física, personal, financiera o familiar «algo pasa» que nunca se concreta. Por supuesto el ser humano con su habilidad para evadir responsabilidades, culpa a terceros, fuerzas extrañas, conspiraciones planetarias y hasta hechizos y «mal de ojo» para justificar el resultado. Hace poco una muy estimada amiga mía compartió una frase: «Es tan fácil ser feliz que el ser humano lo complica». Nosotros los seres humanos somos tan complicados pues conforme vamos escribiendo nuestras historias de vida, vamos adoptando patrones, programas, heridas, percepciones y razones las cuales muchas veces ni sabemos que llevamos cargando pero todo esto se ve reflejado en nuestra realidad y manera de vivir. Esto es el «ego». El mismo que nos hace evadir la responsabilidad y consecuencias, minimizar nuestros sentimientos y los de los demás, maximizar nuestras culpa y sufrimientos.

Escenas como la de los novios que aún sabiendo cada quien su parte responsable de esa discusión que los llevo a extrañarse por mero orgullo, la de los hermanos separados por un conflicto de varios años atrás que ya ni recuerdan por qué fue, los mejores amigos que perdieron la oportunidad de recordar sus años de la infancia con sus hijos por un mal entendido de dinero, todo ésto por ego, por no creer merecer ser feliz.

Sí, en la vida siempre habrá pruebas y dolor, pues es necesario para que crezcamos, pero no aferrarnos a él es lo que nos evita sufrimiento. Mi hermana tiene un lema «Siempre sé amable con los demás pues cada ser humano en ésta vida, está librando una batalla» y estoy totalmente de acuerdo con ella. Para poder sanar y crecer tenemos que ser honestos y humildes, evitar ponernos el disfraz de víctima o juez, escuchar y expresar.   Darnos cuentas y aceptar que en el transcurso de ésta historia de vida hemos sido lastimados y hemos lastimado. Aceptar los hechos, afrontar consecuencias para poder dejarlos ir.

Vivimos saltando del pasado al futuro con miedo de que lo que pasó se repita, olvidando el presente, pero tenemos que aceptar y aprender de nuestro pasado para no repetirlo en el futuro y poder vivir en el presente.

El mayor miedo del ser humano, es a ser feliz, a no merecer y nos autosaboteamos constantemente cada vez que sentimos «esa» felicidad cerca. Todos lo hacemos en alguna área de nuestra vida, pero es nuestra responsabilidad encontrar la solución, siempre con honestidad y humildad, sin ser juez ni víctima.

Ponte en la piel de otro ser humano, evita la indiferencia, el juicio, el quitarle valor a su sentir, el aparentar que no pasó nada o todo esta bien cuando no sea así, se honesto contigo, no minimices tu sentir ni el de nadie, recuerda todos estamos librando una batalla.

Y nunca olvides que aún, con tus errores, con tu historia de vida, tienes el derecho y la oportunidad de ser feliz, sólo tienes que creer que lo mereces y darte permiso para hacerlo, sanando y siendo responsable HOY de lo que sea necesario, en tu búsqueda de la felicidad, estoy segura que te has esforzado al máximo con tu trabajo, escuela, relaciones, familia has hecho sacrificios, quizás te has visto en situaciones extremas, has movido cielo, mar y tierra para alcanzar un sueño y tu felicidad, es momento de hacer eso pero en TI. La felicidad está dentro de ti y cada segundo, minuto, hora, día, años que pases defendiendo al ego,a la razón, a cualquier cosa que te aleje de tu felicidad es tiempo que ya no regresará.
Para ser feliz hay que arriesgarse a serlo.
Tu momento es AHORA.

(tomado de la red)

La Voz de mis Emociones


Garganta: La voz de mis emociones.

La garganta contiene cuerdas vocales (la laringe) y la faringe. Me permite expresar quien soy y me permite también intercambiar con personas que me rodean. La garganta está vinculada al centro de energía de la laringe también llamado chakra de la garganta (quinto chakra), centro de la creatividad, de la verdad y de la afirmación. Trabaja también en estrecha colaboración con el centro de energía sagrado o segundo chakra, el centro de la energía sexual, la sexualidad siendo un modo de comunicar con otra persona. Este centro de energía es importante para la afirmación del yo.También se dice: “El pensamiento crea, el verbo manifiesta.” Así, por la palabra, hago que mis pensamientos se materialicen en el mundo físico.
Entonces,  pensamientos negativos pueden tener repercusiones en mi salud, palabras negativas podrán tenerlas también. Esto es verdad para el lado positivo también. Por lo tanto tengo ventaja en hablar de modo positivo, respetando así mi templo físico que alberga mi parte divina.

Cuanto más exprese la verdad por esta vía de comunicación, más podré intercambiar con mi entorno.

Con mi garganta, trago la realidad, ahí en donde tomo la vida por la respiración, el agua y el alimento. También es aquí donde libero mis sentimientos del corazón hasta la voz. Es el puente en doble dirección entre la cabeza y el cuerpo, el espíritu y el físico. Si me duele la garganta, puedo culpabilizarme por haber dicho ciertas palabras, o pensar que hubiese debido expresar algo. Es como si me autocastigase por el dolor. Quizás ha llegado el momento de decir lo que estoy viviendo para liberarme de ello. También mi garganta puede inflamarse si inhibo la rabia y que esta emoción me suba a la garganta. Si no digo realmente lo que quiero decir o que existe un conflicto en mi expresión de mí mismo, entonces mi garganta siente este rechazo. Al ser la garganta la expresión de la afirmación de mí mismo, si tengo dificultad en afirmarme, puedo querer compensar esto volviéndome autoritario hacía mí mismo y hacía los demás, lo cual limita mi energía en este plano. La infección en la garganta por la bacteria estreptococo es una de las formas de infección más frecuentes. Esto implica la irritación y retención de energía.

La garganta representando también la concepción, la aceptación de la vida, si tengo dificultades al nivel de la garganta, puedo vivir un profundo conflicto en la aceptación de mi existencia. Teniendo dificultad para tragar, puedo preguntarme cuál persona o cuál situación tengo dificultad en tragar, o cuál realidad me siento obligado a tragar aún cuando esto no me convenga (quizás sea esto por ejemplo algo que esté en contra de mis principios). Entonces puedo intentar cortarme de la realidad física, queriendo quizás huir la obligación de afirmar quien soy, mis necesidades y por el mismo hecho, la de aportar cambios en mi vida. El chakra de la garganta y el chakra sexual están conectados muy directamente. Los dos tienen relación con la creatividad: el chakra de la garganta se refiere a la creatividad de mis pensamientos mientras que el chakra sexual se refiere a la creatividad en la materia. Así, ambos centros de energía tienen relación con la comunicación: por mi voz, comunico mis pensamientos y por mi sexualidad, comunico físicamente mis sentimientos. Así, si tengo problemas de garganta, es bueno que me pregunte lo que he de expresar sobre mí mismo y debo investigar si vivo frustración en cuanto a mi sexualidad. Debo aprender que la felicidad y la libertad vienen de mi capacidad a expresarme en la Verdad, acercándome así cada vez más a mi esencia divina.